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Hilda Swen

Erudita de las artes mágicas. Ex-miembra del Culto de Eianhell y conocedora del oráculo de Ether. Desde su destierro de las Tierras de Eianhell dejó de lado la voluntad que los sabios depositaron en ella ha estado en busca de nuevas formas de extrapolar sus aptitudes. Transmaturgia, hemomancia, alquimia, encantamientos, hechicería, magia rúnica, magia rosa, magia curativa, tranfiguración, artes oscuras, etc. De todas ellas, solo en un número reducido pudo mostrar aptitudes. Aun así era extraordinario, pocos humanos eran los que podían con más de una de estas disciplinas. Pero enseguida se volcó por una sola, la que más posibilidades de otorgaba de cambiar su realidad, reescribir las reglas del juego. Y encontró respuestas, muy buenas, y muy malas. La alquimia, la única forma que tenía de moldear todo cuanto conocía a su antojo. Pero, ¿de verdad? ¿Su vida iba a terminar ahí? ¿Entre cientos de pergaminos llenos de apuntes? No... Después de acumular tanto conocimiento, ¿cómo iba a morir de aquellas maneras? No... Aquella capaz de reescribir las reglas no podía simplemente fallecer sin (intentar) manipular el alma y la muerte.

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Y tanto que investigó, necesitaba un alma inmortal. Su cuerpo ya lo era, desde hacía años que recelosamente guardaba el secreto que escondía su cuerpo maldito e inmortal. Su alma poco a poco se iba desvinculando de su cuerpo, sentía como cada vez se sentía menos en conexión con el mundo, con su propio cuerpo.

Y lo hizo, creo un alma. Perdón, quizá eso sea algo ofensivo tomando en cuenta el poder del que estamos hablando. Creó EL alma, un alma inmortal, imperecedera; perfecta dirían algunos. Pero un alma muerto a su vez, sin conocimiento, sin vida, sin ambiciones, sin... humanidad. Un alma en el inicio de su ciclo, antes de poder ser corrompido por la sociedad, por el hambre, por el dolor, por la maldad. Un alma... De increíble poder. Y con eso no contaba Hilda, que en sus últimos momentos de vida, acepto esa alma en su cuerpo, buscando dominar y absorber su poder. Más desconocía que esta alma tomaría el control. Y así, nació Renna.

(Próximamente vendrá Ugarth a la wix)

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